Y asi andaba yo, sintiéndome culpable por no pagar esa deuda. Sintiéndome que estaba perjudicando a alguien y que quizá merecía ese "castigo". ¡¡Qué locura!! Llegar a pensar que si vas a la cárcel, que si te quitan tus cosas es porque lo mereces. Algo así como la justicia divina. En esos momentos todavía no carburaba que yo no había hecho nada malo para que me dijera: "Debes de pagarme, así lo acordamos, te he brindado ampliamente mi confianza". No, ninguna confianza, le firmé un pagaré, no fue de "buena gente" ni de palabra. Pero tanto están friegue y friegue con lo mismo que tu cabecita se llega a saturar. "Le debes, le debes, le debes....". Te sientes como el niño que tomó algo a escondidas en una casa ajena. Y pasan y pasan los días y sigues con eso a cuestas.
Mi amiga y yo decidimos armarnos de valor y decirle que tenía que tomar los veinte mil pesos porque no iba a haber otra cantidad. Le dimos vueltas y vueltas al asunto y hasta preparamos el guión. Tú le dices esto y yo le respondo aquello. Pero en esos momentos no pensamos aún en consultarlo con un especialista en leyes porque todavía no superábamos ese rollo de la culpa, es más , no sabíamos si en verdad se podia hacer. Si llegábamos ante un juez, ante un MP o ante cualquier instancia ¿qué le diríamos? "Este señor me prestó y no quiere aceptarme tal cantidad". ¿Eso es válido? No lo sabiamos, es más, no lo consideramos porque lo único que teníamos en la cabeza era pagar. Sólo eso. Y quizá de este modo quitarnos la culpa. Esa que aunque no quieras, te acompaña a todos lados.
Mi amiga y yo decidimos armarnos de valor y decirle que tenía que tomar los veinte mil pesos porque no iba a haber otra cantidad. Le dimos vueltas y vueltas al asunto y hasta preparamos el guión. Tú le dices esto y yo le respondo aquello. Pero en esos momentos no pensamos aún en consultarlo con un especialista en leyes porque todavía no superábamos ese rollo de la culpa, es más , no sabíamos si en verdad se podia hacer. Si llegábamos ante un juez, ante un MP o ante cualquier instancia ¿qué le diríamos? "Este señor me prestó y no quiere aceptarme tal cantidad". ¿Eso es válido? No lo sabiamos, es más, no lo consideramos porque lo único que teníamos en la cabeza era pagar. Sólo eso. Y quizá de este modo quitarnos la culpa. Esa que aunque no quieras, te acompaña a todos lados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario