Esta tarjeta gozaba de buena salud. No la había usado casi nunca, y en ese momento se encontraba en ceros. Pensé, tarugamente, que podía ser una buena opción. La cartita decía que podía disponer de hasta 150 mil pesos en ventanilla y que podía pagarla mensualmente en mi pago mínimo. Qué maravilla, de deberle al par de usureros y seguirme esclavizada por los siglos de los siglos, se acabaría el problema de tajo. Sólo que no usaría todo el crédito, sacaría lo necesario para recuperar mis pagarés pagar las dos tarjetas que tenía en mora y asunto arreglado.
Tenía, sin embargo, dos tarjetitas más: Banorte y Suburbia pero la deudas también eran chiquitas y bastante manejables en ese momento. Era la solución, el punto final a la bronca.
Me puse a sacar cuentas y vi que con 60 mil pesos la libraba. Cuando te llegan estas "promociones" de los bancos, y tienes un problema como el mío, no piensas en las consecuencia y sales corriendo por el dinero como tu única salvación. Ese fue mi caso, no me detuve a pensar más nada, lo único que quería era quitarme esa gente de encima a cualquier precio. Sí, adivinan, ese precio fue muy caro, demasiado caro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario