El préstamo que solicité fue por 15 mil pesos por el cual pagaba, semanalmente un interés del 5 por ciento. Es decir, semanalmete le llevaba a su bolsillo 750 pesitos, al mes, 3000 en promedio; en caso que el mes tuviera cinco semanas la suma ascendía a 3750.
Haciendo números, por periodo de tres meses le pagué 11250.00 aproximadamente, casi la liquidación total del préstamo.
Como estaba consciente que el sujeto me había prestado dinero como parte de su negocio y específicamente ese negocio era su modo de vida, me dije: "ok, negociaré pagarle lo que falta de capital y un poco de interés. Debe aceptarlo porque de otro modo no le podré pagar".
Logré reunir tres mil pesos y me dirigí a su casa a negociar con él. Le dije que ese dinero lo tomara a cuenta de capital porque iba a empezar a pagarle la deuda, pero que me diera chance con los intereses para poder avanzar. No me respondió, con ojos de pistola me dijo: "Llevas mucho tiempo con atraso en los pagos. Tengo que penalizarte ya que de puro interés me debes casi 10 mil pesos!!!!". Dios mío, ¿de dónde había sacado esa cifra? Me dijo que estaba siendo benévolo conmigo, que por cada atraso semanal se cobra el doble, es decir, si le daba 750 pesos semanales, el doble eran 1500, por las semanas atrasadas.... no, no me salían las cuentas, y mucho menos podría pensar en darle 10 mil pesos, (que no los tenía) para "emparejarme" con los intereses. Sí, sólo los intereses, que con lo pagado daban un total de 21250.00, un verdadero robo en despoblado. A esto súmenle los 15 mil pesos que quería de capital, nos darían un total de 36250.00.
Estaba indiganada pero a la vez llena de temor. No sabía cómo empezar la batalla y en ese momento me sentí secuestrada y sumida en un abismo por esa deuda. Estúpidamente le solté los tres mil pesos, pensando que se calmaría un rato mientras buscaba la forma de safarme de eso. Debía hacerlo, pero no sabía cómo empezar. Esa tarde lloré muchísimo. Había cometido el peor error de mi vida.
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