Bienvenid@s

Este espacio ha sido creado para aquellos que no conozcan el motivo por el cual decidí emprender Mi lucha contra la usura. Se hizo una recopilación de los primeros textos publicados hace cuatro años y se les ofrecen para que, si alguien no los ha leído, puedan saber cuál fue el origen de todo, ya que mucho se ha dicho sobre que mi identidad es ficticia, que no soy deudora o incluso que alguien me paga para que ataque a los bancos.
Sobre todo, este espacio se ha creado para que si alguna persona vive acechada por algún prestamista, tenga algunas herramientas para defenderse.


La forma de leer la totalidad de los artículos es la siguiente:

1. Se comienza por la página principal, hasta arriba del blog y se continúa en donde dice "entradas más antiguas". Esto porque blogger sólo permite un máximo de 20 páginas.

Espero que lo aquí escrito le sirva a muchas personas para no vivir una situación similar.

Mar Morales

lunes, 25 de febrero de 2013

¿Y si no le pago a nadie?


Esa pregunta me dio (y me da) mil veces vueltas en la cabeza. Cuando llegas a ver que estás careciendo de lo básico, que estás privando a tus hijos de todo, te pasa por la cabeza mandar todo al carajo.

Aquí entra el dilema y la pregunta clave: ¿realmente DEBO TODO ESO? Yo podría pensar en dos tipos de deudores: los llamados de "buena fe" y los que no.

Un deudor que en verdad no quiere pagar no paga. Así de simple. Pido dinero prestado y me esfumo. Jamás sufro por no pagar, jamás me estreso. Es más: me ofendo. Y me paso la vida a salto de mata. Sí, si los hay.

Mi caso no es ese. De verdad, no lo es. Y las estadísticas de mis pagos están de prueba. No obtuve una tarjeta de crédito, la vacié y no la pagué. En HSBC, por ejemplo, tenía con esa tarjeta desde 1993. Un chorro de años cumpliendo siempre. Y muy orgullosa de hacerlo porque se me "abrían las puertas" en todos lados. La señora cumplida, la que tiene excelentes referencias, la pagadora.

Sin embargo, ante los ojos de todo el mundo si no pagas eres incumplido. Un deudor de buena fe no existe, sólo aquel que se va a la fuga con el dinero. Nadie entiende esas dos posturas, Y tú, en tu cabecita, registras eso: el no pagar te convierte en mala persona. El deudor es sinónimo de ratero y quizá en el fondo, muy en el fondo, te orillan a serlo. O al menos eso piensas.

Si yo me pongo a sacar cuentas reales, veo que todas mis deudas están más que pagadas. Basta con ver las sumas de dinero dadas al agiotista. En ese momento, al haber hecho la famosa reestructura la deuda estaba más que saldada. Y todavía lo que me faltaba darle.

Con los bancos es lo mismo. ¿Cuánto dinero les había dado? No lo sé. Pero sí sé que la deuda está más que pagada. Por eso es que me parece injusto, muy injusto sentirme culpable. No me robé nada. Y si a alguien le bota en la cabeza la pregunta ¿y si no le pago a nadie? después de años de ser buen cliente, lo entiendo. Como seres humanos tenemos todo el derecho del mundo a vivir en paz, no vivir girando entorno a las deudas. ¿Las contraímos? Es cierto, pero si ya pagamos suficiente debemos respirar y estar tranquilos. No robamos, nos equivocamos. Ni hablar.

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